El
sistema capitalista ha tenido siempre la particularidad de tomar aquello que
atente contra su existencia, maquillarlo y vendérnoslo como si fuera su
creación original.
Como
con tantas luchas, el 1º de mayo ha quedado estampado en los almanaques como un
feriado en donde quien tiene trabajo lo festeja y quien no lo tiene se siente
excluido de lo que pareciera ser una celebración mundial.
Entre
los días 1º y 4º de mayo de 1886, en
Chicago, Illinois, EEUU, se produjo la llamada Revuelta de Haymarket, donde los
trabajadores exigían la reducción de la jornada de trabajo a 8 horas.
Los violentos enfrentamientos entre los
manifestantes y la policía dejaron como saldo a los llamados Mártires de Chicago.-
Ocho
trabajadores anarquistas fueron acusados, enjuiciados y asesinados por el
estado de Illinois.
Fueron
condenados por anarquistas. Por luchar por la destrucción de este sistema, por
el fin del trabajo asalariado, por el fin de la opresión.-
Se conmemora desde entonces el día
del trabajador, intentando que olvidemos que las mejoras laborales no eliminan
la desigualdad, son un hueso que nos tiran
con la esperanza de silenciarnos.
Hoy, como ayer, luchamos por la
Anarquía, por el fin de la opresión.
La opresión del jefe, de las cuentas, de la moda, del dinero, de la policía que nos
mata en la calle, del estado que nos
mata de hambre, de la droga que duerme a
nuestros hijos y de este sistema que nos vende vidas ficticias en cómodas
cuotas sin interés.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario